- Perfil escrito para el Perarnau Magazine y publicado el 15 de noviembre de 2013 -
Con el FC Barcelona B pasando por una muy mala racha de juego y resultados
(3 puntos ganados de los últimos 24), el portero Jordi Masip es,
paradójicamente, de los pocos jugadores que aún mantienen su nivel pese a todo.
Salvador del equipo en más de un partido, se encuentra ahora tan exigido como
siempre pero más expuesto que nunca.
FICHA TÉCNICA
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Nombre completo: Jordi Masip López
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Nombre futbolísitco: MASIP
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Fecha de nacimiento: 03/01/1989
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Nacionalidad: Española
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Altura: 180 cm.
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Peso: 70 kg.
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Club: FC Barcelona
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Campeonato: Liga Adelante
ÁMBITO FÍSICO
Jordi Masip es un portero que no destaca por su altura y que carece de gran
envergadura física (180 cm, 70 kg), pero minimiza al máximo la desventaja que esto
le supone gracias a su elasticidad para llegar a cualquier rincón de la
portería. Es rápido en el desplazamiento lateral y cuenta también con gran
velocidad mental. Su escasa magnitud corporal y su velocidad gestual y de
reacción lo convierten en un guardameta muy ágil y de grandes reflejos
(especialmente en distancias cortas). Pese a su altura, Masip es firme en el
salto y un seguro en los centros laterales y en los saques de esquina. Su
principal déficit es la fuerza y potencia, que se antoja insuficiente al
ejecutar determinadas acciones.
Es diestro, aunque utiliza correctamente ambas piernas y brazos.
ÁMBITO PSICOLÓGICO
De carácter tranquilo fuera del terreno de juego, Jordi nunca ha sido un
portero con una excesiva capacidad de mando y liderazgo, pero cuando la cosa se
pone fea para su equipo, sí tira de personalidad y es capaz de redirigir a sus
compañeros y alentarlos.
Se mantiene concentrado los 90 minutos que dura el encuentro y su índice de
actividad está siendo elevado esta campaña. En la toma de decisiones cuenta con
una sangre fría envidiable y nunca duda en ejecutar una acción ya sea con balón
o sin él, siempre con gran criterio. Su autoconfianza es plena a día de hoy.
A lo largo de sus años en el filial
ha demostrado un alto grado de activación, incluso cuando él era el tercer
portero y tenía que saltar al campo tras catorce partidos en el banquillo como
parte de las rotaciones implementadas. Su actitud es siempre óptima y nunca se
achica ni se hunde si comete un error, consciente de que este año más que
ningún otro, debe ejercer como ejemplo para sus compañeros de equipo (la gran
mayoría más jóvenes e inexperimentados que él). Se esfuerza en corregir sus
errores y aprende rápido.
ÁMBITO TÉCNICO
Su faceta estrella. Decía Carlos Busquets hace unos años que Masip era
“técnicamente perfecto” y seguramente no exageraba. Ofensivamente, el juego del
equipo empieza en su habilidad con los pies y domina tanto el pase corto
–excelente- como el largo –más por colocación que por potencia-. Controla, es
paciente y siempre dirige el balón allí donde el equipo más lo necesite y el
receptor más lo agradezca. Difícilmente se le verá nunca sortear el esférico,
ni siquiera en los despejes. Siempre suele orientarlos bien, pues a pesar de no
ser alto tiene buena coordinación en aire, pero en paradas a dos manos su
especialidad es el blocaje y ahí no duda: si tiene oportunidad de blocar, no
sale de puños.
Respecto a otros años, ha mejorado increíblemente las estiradas en los
tiros lejanos y se defiende bien en remates elevados, rasos o a media altura.
En los asedios del rival se vuelve omnipresente, no tiene problema en irse al
suelo y parar con las piernas y responde bien a los balones que le botan
delante.
ÁMBITO TÁCTICO
Masip tiene un dominio muy exacto de sus características y carencias y
siempre trata de ser práctico y sacarse el máximo de partido. Mide muy bien las
salidas aéreas y las interceptaciones, así como las anticipaciones si sale de
su área.
Es especialista en los mano a mano, es decidido y siempre sale a buscar al
rival. A pesar de su escasa altura, tiene amplitud de brazos y se las ingenia
para ocupar mucha portería y tapar al máximo el ángulo de tiro. Si aún así el
delantero tiene hueco para el remate, sus reflejos hacen el trabajo y rara es
la vez en la que no sale airoso de un 1 vs 1.
En el esquema del Barça B –especialmente en el último año de Luis Enrique-
jugó prácticamente como figura libre, siendo parte importante de la
conservación del balón y del ritmo de juego.
Jordi Masip ha ido creciendo poco a poco y en silencio en el fútbol
profesional, siempre a la sombra de Rubén Miño primero y de Oier Olazábal
después. El curso pasado ya fue el portero con más minutos jugados y éste está
siendo titular indiscutible y, junto a Planas, el único jugador de la plantilla
que ha disputado los 90 minutos de todos los partidos. Sin embargo, es ahora
cuando los focos se ciernen sobre él y el barcelonismo se pregunta si estaría
preparado para ser el segundo portero del primer equipo en un futuro muy
próximo.
El propio Víctor Valdés admitía hace menos de una semana que, de la misma
manera que confiaron en él en su momento, le gustaría que Masip fuera su
sustituto cuando él se marche el verano próximo. Dejando de lado que la
temporada que viene las comparaciones con Valdés siempre dejarán al nuevo
portero en peor lugar, confiar en el guardameta de Sabadell para cubrir la
portería del Camp Nou no parece una locura. La junta directiva, no obstante,
parece haber encontrado en otros clubes lo que busca y quizá –y solo quizá-
piensa en Masip como portero suplente. En cualquier caso, tras diez temporadas
en el club y cinco en el filial, parece claro que no podrán retenerle en el
Miniestadi un año más.
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